Art Deco Desapercibido
De una clara influencia europea, pero adaptado a nuestro medio y a nuestros materiales, la presencia del art decó en Costa Rica coincidiría con los periodos de entreguerras en el viejo continente. Se construye en el país obra con clara influencia de este movimiento en la década de 1930 y los inicios de 1940.
De acuerdo con los historiadores de nuestra arquitectura, la construcción de este estilo cercano al diseño industrial y a los aires de modernización imperantes responde a diversas condiciones coyunturales. Por citar algunas de estas: la necesidad de crear empleo y el fuerte crecimiento urbano y de la población obligarían al Estado a destinar parte de su gasto público al levantamiento sobre todo de escuelas, edificios municipales, bancos, estaciones de tren y hospitales. Igualmente, surgiría la necesidad de construir barrios aledaños al casco central de las ciudades; en el caso del estilo que nos ocupa, destacaría la creación de barrio México (1).
También se edificó obra privada, incluso funeraria, bajo el canon decó. Los cines como el viejo Cine Ideal o el Lux en las inmediaciones de plaza González Víquez, el cine Palace y El Líbano lo atestiguan. Otros casos son los edificios de departamentos y de comercios en los cuales sus propietarios habitaban las segundas plantas como Uribe y Pagés, edificio Scorza, el de la familia Feoli en la avenida 10 y el almacén Llobet en Alajuela.
En palabras de Juan José Sebreli, el decó se trataba de un estilo de transición entre las líneas curvas del art noveau y el geometrismo de un nuevo gusto internacional caracterizado por las líneas quebradas, en zigzag y en diagonal combinadas con elementos geométricos como el círculo, el triángulo, el octágono y el volumen de forma piramidal (2).
Por su parte, Carlos Altézor establece como características del art decó la novedosa incorporación del cemento armado, la utilización del hierro, las superficies acristaladas, un geometrismo ordenador y una fuerte dosis de elementos ornamentales (3).
Surge entonces un perfil y lenguaje arquitectónico nuevos en las tramas urbanas de las ciudades con aires de modernidad; esto, en contraste con las antecesoras fórmulas constructivas.
Fábricas de ladrillos y mosaicos, y cementeras trabajarían de forma intensa con arquitectos, ingenieros y maestros de obras. La labor estaría encomendada, entre otros artífices, a los arquitectos Fernando Gabrieli, José Francisco Salazar, José María Barrantes, Luis Llach, Paul Eremberg y Daniel Domínguez. A ellos va dedicado en forma especial este documento y a los maestros de obras de esas décadas que se nutrieron de sus enseñanzas y las pusieron en práctica.
El estilo se extendería también a la confección de puertas y ventanas, artefactos de radio, muebles, afiches de anuncios, lámparas, pisos y más.
El art decó se constituyó como un movimiento arquitectónico que intentó cambiar la dinámica social y el urbanismo citadino, sobre todo en la construcción de escuelas de primaria en todo el país. Esperamos que estos auténticos templos educativos permanezcan por muchos años más y sobrevivan esta especie de vorágine y destrucción de la memoria histórica nacional que vivimos.
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- Fernández, Andrés. (2003). Un país, tres arquitecturas. Costa Rica: Editorial Tecnológica de Costa Rica.
- Sebreli, Juan José. (2000). Las aventuras de la vanguardia. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.
- Altezor, Carlos. (1986). Arquitectura urbana en Costa Rica. Exploración histórica.1900-1950. Costa Rica: Editorial Tecnológica de Costa Rica.