Proyecto arquitectónico de La Carpio fue el gran ganador de la XIII Bienal de Arquitectura
Proyecto arquitectónico de La Carpio fue el gran ganador de la XIII Bienal de Arquitectura
Promover el diálogo entre la arquitectura y la sociedad es la mejor forma de definir el trabajo que los jóvenes arquitectos Michael Smith y Alejandro Vallejo, cuyo norte profesional se consolidó el fin de semana pasado al ganador los dos premios más importantes de la XIII Bienal Internacional de Arquitectura de Costa Rica, uno de ellos el Primer lugar Categoría Diseño Arquitectónico construido.

Cueva de Luz
Se trata del proyecto Cueva de Luz que alberga Centro de Integración y Cultura de la Carpio, el un ambicioso proyecto construido en uno de los precarios más grandes de San José. El edificio procura fomentar un espacio que permita a sus vecinos capacitarse y tener opciones de educación y formación a través del arte, la cultura y el aprendizaje multivía mediante alianzas público-privadas.
El edificio Cueva de Luz es considerado como una de las obras de madera más grandes en Centroamérica y, al igual que el centro Kapaclajui –otro proyecto de los jóvenes arquitectos–, fue concebido bajo la premisa de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y bajo impacto ambiental.
El enfoque humanista de esta dupla de arquitectos, así como el contenido social de sus trabajos han sido los elementos diferenciadores de sus propuestas que, lejos de realizarse en un estudio aislado, son el resultado de una vinculación directa con las comunidades y el público al cual va destinado su trabajo.
Además, diseñan bajo una propuesta participativa e inclusiva en el que las personas pueden solventar sus necesidades de forma práctica, innovadora y en un marco de sostenibilidad.

Cueva de Luz
Smith y Vallejo han desarrollado a lo largo de seis años, su trabajo profesional de diseño arquitectónico en su oficina Entre nos Atelier.
“Se trabaja con comunidades de escasos recursos o vulnerables, con la intención de despertar un pensamiento crítico respecto a la habitabilidad del espacio, la necesidad de cobijo y vivir en comunidad; ofreciendo una valiosa oportunidad de aprendizaje e impacto emocional-motivacional; en la que el diseño surge de la intuición, la colaboración, la voluntad, la sensibilización y solidaridad humana”, explican los arquitectos.
La incorporación de materiales alternativos y nuevas tecnologías han permitido a este colectivo maximizar beneficios, reducir el impacto ambiental y bajar los costos de inversión de los proyectos asumidos por este ingenioso equipo.
Ejemplo de ello es el Centro de Capacitación Indígena Kapaclajui en Grano de Oro de Turrialba, que nace del trabajo entre la empresa privada, el gobierno y la gestión comunal. Este innovador proyecto es el resultado del trabajo conjunto de todas las partes, a través de talleres de diseño participativo y la posterior validación de las propuestas, que permitieron dar solución a la necesidad de la comunidad y extender los recursos disponibles, mediante un consenso colectivo y un empoderamiento de la comunidad.

centro Kapaclajui
Para estos visionarios arquitectos, el poder impactar positivamente la sociedad es su principal complacencia. “La mayor satisfacción que uno puede encontrar es el ser solidarios, humanistas, trabajar como ciudadanos activos y saber que estás mejorando la calidad de vida de personas que lo necesitan; es ahí donde la arquitectura se convierte en una excusa para desarrollar relaciones humanas”, confiesan Smith y Vallejo, y son estos proyectos de bien social el eje principal de su oficio, que esperan seguir desarrollando dentro y fuera del país.

centro Kapaclajui
Estos profesionales costarricenses han logrado integrar la arquitectura como un servicio a la comunidad nacional e internacional. Su iniciativa y dinamismo los ha llevado a cruzar las fronteras, como organizadores de talleres y agendas colaterales con diversas universidades y organizaciones internacionales.

centro Kapaclajui

Cueva de Luz