Casi Invisibles
Casi Invisibles: innovación-ruptura-transgresión
Por María José Monge, Curadora de Artes Visuales
El pasado 24 de agosto de 2015, mediante la reforma del artículo primero de la Constitución Política, Costa Rica asumió oficialmente su condición multiétnica y pluricultural.
Aunque claramente este gesto no nos hará más diversos de lo que hemos sido hasta ahora, sí marca una inflexión en una larga historia de negación, exclusión y discriminación institucionalizada de las diferencias. Y en el mejor de los casos, esta afirmación de nuestra diversidad étnica y cultural trascenderá la retórica oficial, y transformará el modo como nos nombremos y nos percibamos en lo sucesivo.
Al igual que ocurre en todas las historias oficiales, en la nuestra abundan estos desaciertos de una oficialidad que por motivos de diversa naturaleza, instituye órdenes de realidad a costa de la omisión o la subvaloración de lo que acontece a vista y paciencia de todos. Surgen así, realidades casi invisibles, pues por sobre todos los intentos de anulación, existen. A veces de formas más o menos silenciosas, más o menos visibles, pero al fin y al cabo, existen.
La exhibición Casi invisibles. Innovación-ruptura-transgresión que se expone actualmente en los Museos del Banco Central de Costa Rica da fe de esto. La misma reúne obras de artistas de diferentes generaciones que contravinieron las formas usuales de representar la realidad costarricense, visibilizando asuntos culturales, sociales, económicos y políticos que habían sido omitidos o subvalorados históricamente.
Una parte de la exhibición –Territorios indómitos-, comprende diversas aproximaciones al territorio que se alejan de la imagen producida por la mirada “conquistadora” –la del colonizador, del explorador o el oligarca-. Aquí destacan las obras que, con vocación cientifista o poética, reparan en los detalles de la flora y de la fauna locales, en la representación paisajística de la superficie marítima y terrestre, o en el paisaje cultural que se manifiesta a través de la obra arquitectónica construida en los entornos rural y urbano. En todos estos casos, el territorio se presenta como un espacio insondable e irreductible a una única imagen.
La sección Un mundo casi perfecto tematiza sobre el reconocimiento y la afirmación de las diferencias y de la equidad. Estas obras refieren a diversos segmentos de población que –hasta fechas relativamente recientes– han sido reconocidos como ciudadanos por derecho propio o como poblaciones que, en razón de su especificidad, tienen una serie de derechos y de deberes diferenciados.
Aquí destacan problematizaciones acerca de la feminidad, las relaciones intergeneracionales y las diferencias etarias, la diversidad étnica y cultural, los sectores productivos más desfavorecidos. La injusticia y la desigualdad asociadas a este tipo de realidades, así como los problemas de abuso y de violencia que aquejan cada vez con mayor fuerza a nuestra sociedad, también son abordados en algunas de estas obras.
En conclusión, las obras que conforman esta exhibición visibilizan ese cúmulo de realidades que en uno u otro momento fueron casi invisibles. Como la reforma reciente del artículo primero de la constitución, ratifican y validan la existencia de estas realidades, y al hacerlo, nos interpelan acerca de nuestra posición con el pasado, el presente y el futuro.