Casa MC1: Arquitectura que transpira frescura
Los conjuntos de follajes ubicados en medio de montañas son un elemento característico de Manuel Antonio, Quepos; la frondosidad del lugar es aprovechada por el arquitecto Juan Robles, quien decidió integrar los impresionantes atributos de la zona en el diseño de la Casa MC1.
Esta obra es una propuesta sostenible que se logró a través de la incorporación del entorno y la minimización del impacto ambiental por medio de la utilización de materiales y sistemas durables, también se emplean diferentes métodos para reducir el consumo de electricidad y agua.
Su diseño respeta la arquitectura típica de la región, es decir, rememora las estructuras vernáculas de Parrita, aquellas bananeras donde se aprovechaba el viento y la luz, en las que las edificaciones se elevan del nivel del suelo para producir frescura.
El estilo tropical contemporáneo fluye por toda la obra y se fusiona con distintos elementos que la convierten en una vivienda bioclimática, es decir, la estructura está diseñada para satisfacer las necesidades climatológicas de los habitantes, aprovechando los recursos naturales.
La topografía del terreno influyó en la orientación de la obra. Se tomó provecho de la caída natural para la ventilación por debajo de ciertos espacios, mientras que se realizó otra de estilo cruzado y de soleamiento a través de sus espacios, en especial en la torre vestibular que cuenta con dos tragaluces en la parte más alta, logrando temperaturas confort sin necesidad de utilizar aire acondicionado e iluminación ideal sin luz artificial.
El vestíbulo muestra un peculiar atractivo en su espejo de agua, que sirve de refrescante en el espacio, así como de pieza integradora de la naturaleza al generar reflejos del ambiente en que está rodeada la obra. Los patios internos y aberturas en los cierres de la casa se integran con éxito a las terrazas externas, que a la vez sirven como pequeñas fuentes de frescura.
En cuanto a la disminución del consumo de energía, la luz natural se incrementa en la vivienda con las grandes ventanas, tragaluces y patios internos; la iluminación del jardín se genera con energía solar.
Los árboles son de mayor importancia en esta obra, tanto que ninguno fue cortado para su construcción, y las formas horizontales y diagonales de estos sirvieron para inspirar las líneas de la casa, quienes tienen la función de causar dualidad entre el exterior y el interior.
La flora del lugar abraza la espectacular estructura; se evidencia en el techo, que se funde con las copas de los árboles. En sí, toda la casa genera un dramatismo agradable gracias a sus contrastes de materiales y tonos; el blanco predomina con fuerza en las paredes y pisos de la casa, contrastando con el negro de la estructura.
Un sistema de construcción híbrida fue utilizado en esta obra, entre el concreto y acero; los materiales estructurales son el hormigón que se utiliza en un 45% en espacios de dormitorios, baños y cocina, el acero en un 35% en las áreas del vestíbulo, sala de estar y comedor, la madera en un 20% en estructuras de techado y cielos; por último, el vidrio, que se empleó en los cierres de la vivienda.
La construcción se llevó a cabo en un área despejada de árboles. Una vez finalizada se reforestó aún más los alrededores de la propiedad, con la siembra de árboles y plantas nativas.
Arquitectos: Juan Robles
Ubicación: Quepos, Costa Rica
Año proyecto: 2007
Colaboradores: Andrea Solano, Emilio Quiros
Diseño electromecánico: Ing. Ricardo Solano
Grupo Alca: Ing. Marcelo Alvarez, Ing. Daniel Calvosa